Mediados de julio. Una de mis momentos más esperados del año golfístico. El motivo es que se celebra The Open, el British Championship. Mi Grande favorito. Este año se celebra en Royal Troon Golf Club. Aquí han ganado leyendas del golf como Arnold Palmer o Tom Watson. También outsiders levantaron aquí la Jarra de clarete, como ocurrió la última vez que el Open visitó Troon. Todd Hamilton lo hizo en 2004, antes de desaparecer para el mundo del golf.
A este deporte los profesionales juegan por superación personal, por ganar al campo, por batir al resto de jugadores, por entrar en la historia, por cuestiones económicas,… Cada uno tiene sus motivos, más o menos válidos, entendibles o no para el resto de los mortales que jugamos a algo parecido a lo que ellos van a practicar en el verde de Troon.
Pero hay millones de dólares en juego que dependen del resultado de cada Major. Existe una batalla soterrada detrás de cada golpe de putt, de chip, de driver. Los participantes en esta guerra incruenta son los fabricantes de material de golf. Quedar primer o segundo puede significar diferencias de millones de dólares en futuras ventas, puesto que los cuatro Grandes son el mejor escaparate para promocionar sus productos.
Os voy a poner ejemplos, muchos de ellos mágicos, que se me han quedado en la memoria, y que suponen, no solo momentos álgidos de la Historia del Golf, sino también picos de ventas para los fabricantes de material. Seguro que recordáis a Tiger, en el collarín del hoyo 16 de Augusta. Uno de los más maravillosos chips que he visto y seguro, que veré. Tiger buscó un recorrido alucinante para ir al hoyo. La bola Nike One Platinum, con el logo viéndose perfectamente, paró el tiempo un segundo antes de caer al hoyo. Eso lo vieron millones de espectadores. Fue el mejor anuncio de Nike del año. Directivos de la marca calcularon que las primeras 60 repeticiones de ese chip tuvo un valor de un millón de dólares en publicidad gratuita. Aunque Davis Love III embocó uno chip parecido en el mismo hoyo años después, no tuvo la misma simbología ni importancia.
También viene a mi memoria Phil Mickelson jugando con dos drivers en el campo de Bobby Jones. Hubo gente que dijo que fue una frivolidad. Y estoy de acuerdo. Pero no olvido los modelos Callaway Fusion FT3 Fade y el FT3 Draw. Y lo más importante es que recuerdo que ganó con ellos. Otro momento importante fue ver las coronas de los drivers de Taylor Made fabricadas en color blanco. De repente, con el R11 y el Burner Superfast 2.0, todo cambió. Darren Clarke ganó el British Open con el R11. Fue el primer Major del jugador, el de ese nuevo driver y el de un driver blanco. En el mejor escaparate. Cambió la manera de comprar maderas durante unos años. La percepción del amateur es que Taylor Made ha ganado muchos Grandes desde entonces. Pero no ha sido así. Solo han sido 5 (puede que 6). Pero en todos los torneos se ven muchos drivers blancos, y eso es lo importante para TM. En esa empresa tienen que hacerle un monumento al que se le ocurrió esa idea.
¿Y qué decir de Seve? Al más grande del golf español le vemos en St. Andrews ganando con un putter PING Anser. Pese a que no era esa la marca que le patrocinaba, ganó muchos torneos con el putt de PING. Seve jugó con hierros Callaway y también con Mizuno. Pero su imagen estará siempre asociada a PING. Por el putt. Hay muchos de ellos en la cámara acorazada de réplicas de oro que hay en Arizona. En concreto 43, de los cuales 5 son de oro macizo. Esto significa que ha ganado 5 Majors con putters PING. Y es uno de los modelos más vendidos de la historia del golf.
Otro ejemplo. El año pasado Zach Johnson ganó un bonito British Champioship en St. Andrews. ¿Qué marca le patrocinaba? Ni idea. Pero si sé que el putt con el que embocó su último golpe era de la marca Seemore. También tengo en memoria a Bubba Watson ganando la chaqueta verde en el Masters. Toda la semana jugó con el logo de Oakley debajo de los botones, un espacio bien visible. Pero el día que podía ganar, se lo pudo en un lado. Y la chaqueta tapó el logo al ponérsela. Aun así, se habló tanto de esa marca, que el retorno debió ser enorme para Oakley. http://golf76.com/blog/masters/la-colocacion-del-logo-de-oakley-en-el-polo-de-bubba-watson-casualidad/
Aunque no siempre es el ganador el centro de atención. Hay momentos que quedarán para la Historia como un “ojala hubiera…”. Hablo del Open que estuvo a punto de ganar Tom Watson en 2009. De ese torneo me acuerdo de muchas cosas. Watson jugaba con el putter Odyssey #7, le patrocinaba Adams, el jugador que le batió en el playoff jugaba Nike, aunque nos cueste recordar su nombre… (¿¡Por qué lo hiciste, Stewart Cink!?) Si hubiera ganado Watson, no creo equivocarme al decir que ese hubiera sido el primer Major de Adams.
Y hay muchos más ejemplos…
Al final, son detalles con los quedamos de un torneo que dura 4 días. Pero esas pequeñas cosas son las que hacen que a los jugadores les paguen millones de dólares. ¿Valen todo ese dinero? No lo sé. Pero un golpe menos que el resto hace que un jugador pueda ganar un torneo y hace que el material con el que lo ha conquistado se empiece a vender más que el de la competencia. Por eso las marcas van a estar muy atentas a lo que pase estos días en Royal Troon Golf Club.
Disfrutad del Open.
#weLoveGolf