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En la PGA Show 2016 Odyssey ha presentado los nuevos Toe Up. También acabamos de ver los modelos conmemorativos de PING Anser y Anser 2 TR 1966. Scotty Cameron presenta sus nuevos modelos, que son preciosos. Taylor Made también. Todas las marcas nos enseñan sus últimas novedades del juego corto. Pero, ¿seguimos algún patrón a la hora de comprar uno u otro? Ninguno. En el putter imperan nuestros gustos y lo que muchos llaman “sensaciones”. Siempre me ha resultado premonitorio utilizar esa palabra al comprar un putter. Suele significar que el palo va a acabar en el trastero en un par de meses. En cambio, sí me gusta emplearla para patear. “Sensaciones”. Curioso, ¿no?

No hay una estadística clara de cuantos puts juega un hándicap medio (18) durante una ronda de golf. Siendo muy, muy, muy generoso no bajo de una media final de 2 por hoyo, es decir, de 36. Para haceros ver lo bueno que he sido al concederos ese número de golpes en el green, si acudimos a la web del European Tour, y nos fijamos en las estadísticas de putts por vuelta del año pasado, podemos ver a Alex Cejka el 177 con una media de 34.3. Y Magnus Carlsson está el 171 con 31.4 putts por vuelta. Entiendo que esta estadística va muy ligada a los GIR, pero eso lo dejaremos para otro momento. Es decir, más de un tercio de los golpes que un jugador HCP 18 da en el campo los realiza con el putter. ¡Más de un tercio!

http://es.europeantour.com/europeantour/stats/season=2015/categoryid=1/index.html#RmzQzLO0fD2xAGlk.97

Voy a enfrentar este dato con dos situaciones muy reales: qué es lo que más entrena el jugador en la cancha de prácticas, y qué tipo de fitting pide más un jugador medio.

En primer lugar, la cancha de prácticas. Veo a diario, y ya lo leí hace mucho tiempo en el Pequeño Libro Rojo de Harvey Penick, que al jugador medio lo que más le gusta practicar en la cancha es “hacer distancia”. Cuantos más metros mejor. Para conseguirlo, lo que más entrena es el driver, madera de calle, hibrido, o un hierro largo, y todo pegado al 110%. Por contra, al juego corto y a los hierros medios no le da importancia. ¿Y el putter? No suele salir de la bolsa. Ben Hogan y Harvey Penick estaban de acuerdo en que los tres palos más importantes eran el driver, el wedge y el putt. Solo diferían en el orden de estos dos últimos. La inmensa mayoría de los jugadores estaríamos de acuerdo con ellos, ¿no?

En segundo lugar, los fittings de los jugadores medios. Es interesante ver para qué segmento de la bolsa los piden los jugadores.

  • Drivers: Cada vez más, y es lógico, un golfista quiere estar seguro de qué driver es el adecuado para sus características de juego. Con el driver el fitting es cuasi obligatorio. Los pesos móviles de la suela, las posibilidades de cambiar el loft (y por tanto abrir o cerrar la cara del palo) y las distintas varillas que las marcas nos proponen, hacen que queramos estar seguros de cómo gastamos nuestro dinero.
  • Maderas: Generalmente, el jugador medio piensa que no hace falta un fitting para las maderas ni el híbrido. La inmensa mayoría suele comprar la madera de la misma marca y modelo que la del driver, creyendo que es lo correcto. Es un error común.
  • Hay muchas variables entre las que poder elegir y el jugador necesita recomendación. Muchas marcas, muchos modelos, muchas varillas. Por eso mismo es necesario hacer un fitting.

Estos son la inmensa mayoría de fittings que realizamos en Kibel Golf. Pero, ¿y el juego corto? El golfista medio está olvidándose del 35% de los golpes que da en el campo al no realizar un fitting de putt.  Habitualmente hemos comprado el putter en función de cuál es nuestra marca favorita, modas, estética,… Pero nos tendríamos que preocupar de realizar un fitting para saber cuál es la longitud de varilla que mejor nos viene, el lie adecuado, si nuestro ojo dominante es el derecho o el izquierdo y si necesitamos entonces más o menos offset, si es mejor un putter blade o mallet en función de cómo apuntamos,…  Eso hará que el putter sea “El Putter” y no uno cualquiera. Y a la vez, será la mejor manera de quitarnos golpes de la tarjeta.

En Kibel Golf tenemos un putter especialmente diseñado para esta función.  No tiene ninguna parte fija, todo es movible, y así podemos estudiar cuál es el mejor putter para el jugador sin que nos condicione nada. La varilla es telescópica, el lie se adapta 10º, lo mismo que el loft y el offset. Cuando todo está en su sitio, sobre todo la longitud de varilla acorde a la línea de los ojos y el lie del palo, hay un nivel que debe estar centrado. Es el que nos asegura que todo está en su sitio. ¡Me encanta este palo! Y a los jugadores que han pasado por aquí, también.

Cuando alguien viene comprar un putter, nos ponemos en el putting green y le pedimos que patee con su palo. No es esencial que se haya traído su material, pero siempre será más interesante. Grabamos cómo patea y las líneas que genera, tanto posturales como la caída de los ojos con respecto al putter. Desde el objetivo y de frente. Esto nos da una idea clara de dónde debemos trabajar. Generalmente los putters convencionales son demasiado largos, por lo que una buena manera de empezar es “acortando” la varilla. Una varilla más corta nos va a permitir acercar la cabeza del putter al cuerpo y, por lo tanto, será más fácil que el swing esté más conectado (tronco-hombros-brazos-manos). No estamos haciendo un cambio de swing. No es nuestra función. Pero la conexión se produce de manera natural. Es increíble. Ahora tenemos que ver cómo se encuentra el lie del palo. A veces, solo “acortando”,  los ojos se encuentran encima de la bola y con el putter paralelo al suelo, pero otras veces hace falta tocar un poco el lie, ya que además vemos que se levanta la punta o el tacón.  Con estos cambios en el material, y sin hacer nada en el swing, la punta de la varilla generalmente irá hacia el ombligo. Y, como decíamos antes, el movimiento estará mucho más conectado. La bola sale con mayor consistencia. ¿Seguiremos fallando? ¡Desde luego! Si no, seríamos como Ben Crenshaw con estos  pequeños cambios, y eso es imposible. Estaría bien, ¿verdad? Pero lo que si os puedo asegurar es que el material ya no será un impedimento para que pateemos como mejor sabemos.

¡Acércate a Kibel Golf y pruébalo!

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